Hipódromo de Constantinopla

Este recinto fue el corazón del entretenimiento de la nueva capital del imperio romano. El Gran Hipódromo de Constantinopla desapareció tras los saqueos de la Cuarta Cruzada. No obstante, aún quedan algunos restos de lo que fue símbolo de una de las ciudades más gloriosas en la historia de la humanidad.

Historia del Hipódromo de Constantinopla

El primer hipódromo de la antigua Bizancio fue construido en el año 203. Fue un siglo más tarde cuando Flavio Valerio Aurelio Constantino, más conocido como el emperador Constantino El Grande, trasladó la capital del imperio romano a la que bautizaría como la Nueva Roma. Durante su reinado el hipódromo se transformó alcanzando su máximo esplendor.

En este proceso de mejora se añadieron elementos como obeliscos o la enorme estatua de bronce de cuatro caballos llegando a ser un auténtico museo al aire libre. El Hipódromo era el gran escenario de carreras en el que los romanos pasaban su tiempo de ocio apostando en uno de los dos grandes equipos: los Azules (Venetii) o los Verdes (Prasinoi). También llegó a ser utilizado como lugar de desfiles, ejecuciones públicas y otras celebraciones.

Pasaron los años hasta que en el siglo XIII Constantinopla fue invadida durante la Cuarta Cruzada. En este período la que había sido la ciudad más poderosa del planeta fue víctima de destrozos y saqueos. El Hipódromo fue destruido y gran parte de sus objetos de valor robados como la estatua con los caballos, hoy en día la Cuádriga de la Catedral de San Marcos en Venecia.

Caballos de la Cuadriga de bronce del Hipódromo de Constantinopla, hoy en día en la Catedral de San Marcos en Venecia

Qué se puede ver en Estambul del Hipódromo de Constantinopla

El espacio por el que se extendía es hoy en día el núcleo de la ciudad vieja de Estambul, la Plaza de Sultanahmet. Unas losas en el suelo señalan el recorrido por el que transcurría el hipódromo, el cual tenía unos 450 metros de largo y 130 de ancho con un aforo de hasta 100.000 personas. Además, es posible ver:

  • El obelisco de Teodosio procedente del Templo de Karnak en la Antigua Egipto. Tiene ¡más de 3.500 años de antigüedad!
  • El obelisco de Constantino del siglo X.
  • La Spina.
  • La Columna Serpentina, también conocida como el el Trípode de Delfos. Sobre ella se alzaban tres cabezas de serpiente, siendo posible ver una de ellas en el Museo Arqueológico de Estambul.

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